¡Recordad! Estos patrones irrepetibles son vuestro secreto, vuestra mónada, vuestro regalo en una encarnación. Vida tras vida, no habéis vivido aquello que elegisteis antes del nacimiento. ¡Ahora es el momento!
Que maravilloso es disponer en este instante de vuestra atención querido voluntario del templo común de luz. Hemos dispuesto para vosotros un bello y esplendido lugar, para que disfrutéis lo hermoso que os ofrece el sendero de la luz. Nuestra responsabilidad sigue siendo la de proteger la libertad, y por ende la verdad de la nueva raza. Esta armonización o armonía, la cual encuentra su definición ancestral en lo “hermoso” que es “conectarse” ha sido preparada para vosotros queridos voluntarios. Por ello, antes de realizarla, queremos compartir con vosotros algunas reflexiones.
Vuestra humanidad hoy se encuentra en una cúspide, en un punto de inflexión energético que se manifiesta de muchas formas. Movimientos y líneas de pensamiento que arremeten contra cada hombre, y afectan directamente y de manera constante sus campos (físico-electromagnético, mental-emocional y sutil). En todos los planos individuales y colectivos. Es por esto, que juntos en el Templo Común de Luz como voluntarios transmutareis la energía que hoy está impregnando de estrés, temor, miedo y rencor a vuestra humanidad.
Para la armonización de nuestro templo común de luz debéis haber construido un complejo de memoria colectiva de energía, es el ser común en el que habéis estado dirigiendo nuestra luz incluyendo aquellas situaciones por resolver que derivan de las formas existentes del amor distorsionado, y como cualquier campo, ha ido trascendiendo su energía, fortaleciéndose y ampliando su nivel, por esto hoy, sois invitados a ser voluntarios y poneros en este servicio. Pues sois la representación del cosmos en la capa exterior de la madre tierra.
Vuestro templo corazón hoy está conectado a esa maravillosa red de energía, a este hermoso templo común, pues es allí donde la integridad y coherencia esencial se manifiesta, ahora requerimos de vuestra preparación química, desintoxicar vuestros átomo, células y cuerpos día a día; para sanar, reflexionar y armonizar vuestra naturaleza humana. Hemos de avanzar en que consigáis el balance hormonal o lo que es el balance de vuestra polaridad. Para edificar buenas defensas ante el cambio climático, las críticas, los miedos, los egoísmos, y cualquier otro contagio físico o psicológico manifestado por el hombre o cualquier entidad[1].
Recordemos que este proceso ha estado ante vosotros, conocido como equilibrio químico o alquímico. Desintoxicar o amalgamar aquellos metales rústicos, para convertirlos en oro. Es entonces vuestro cuerpo el espejo más concreto del campo espiritual o sutil. Es por esto por lo que vuestra labor se debe realizar día a día, pues hoy, todo ha sido o esta siendo modificado para alterar vuestras hormonas. Recordemos también que vuestra primera defensa está en el poder de vuestra voz, es la manifestación más inmediata de vuestra energía, de vuestra luz.
Por ello, vais a realizar en esta armonización, una incubación de vuestros campos (físico-electromagnético, mental-emocional y sutil), y es de vuestra responsabilidad el valorar esta valiosa labor. Transitoriamente es posible que vuestra energía les motive a realizar procesos ritualisticos o de magia ceremonial, si así lo desean, hacedlo para proporcionar comodidad en vuestro proceso. Estos pueden realizarse con cristales inciensos, limpias, baños de hierbas o sales, y demás utensilios físicos que dispongáis. Por su parte, los ingenieros cósmicos y demás inteligencias de luz harán el resto.
Recuerden que la prudencia es otra gran defensa, pues el templo que juntos vamos a armonizar, debe estar libre de cualquier síntoma de logia o dogma del pensamiento, así como debemos estar alertas de proteger este templo común de luz ante cualquier delirio o dominación de un voluntario. Ante este o cualquier ataque, tenéis varias opciones para reaccionar. La primera es la retracción de vuestra energía, individual o grupal; la segunda, manifestando una protección de esferas y rayos directos de luz; y la tercera contratacando con vuestros poderes esenciales[2] o las herramientas de luz.
De nuevo agradecemos vuestra disposición, pues reconocemos que cuando la luz más brilla, atraes todo tipo de aspectos que fortalecen vuestro carácter de guerreros de luz. Estamos complacidos con vuestra presencia, este templo común de luz está lejos de ser una ilusión, pues se ha manifestado con vuestra constancia y luz. Al ser voluntarios en esta armonización, serán acompañados de manera constante por guardianes, quienes los alertaran cuando estén frente a un usurpador de energía, recordemos que estos pueden ser físicos o no, pueden ser líneas de pensamiento o nubes de espesa energía que cual lluvia arremete contra la humanidad.
Asimismo, nos alegra que hoy se conviertan en los voluntarios del templo común de luz, pues juntos vais a recorrer el sendero de sostener y proteger la libertad y por ende la verdad, vuestra verdad. Aquí continuamos, con amor y sabiduría juntos en una sola fuerza y un solo poder transmutando ahora las enfermedades colectivas que aquejan la sanación de vuestra humanidad colectiva e individual. Liberando a vuestros hermanos de aquellas cadenas que, con ideas, reglas y pensamientos, algunas entidades nublan la capacidad del más puro de los discernimientos.
Reciban nuestro abrazo fraterno, regalen al suelo de la madre tierra aquello que desean soltar, pues solo al estar vacíos lograran contemplar lo que significa ser voluntario en un templo común de luz. Pues así ha estado en la entrada de ingreso vuestros templos físicos durante mucho tiempo, “Conócete a ti mismo”.
Tu arma más grande es la fe de que todo es por algo y tu ser siempre está tratando de ordenar todo hacia la luz, para poder regresar hacia ella.
[1] Entiéndase por tulpas, egregores, larvas y péndulos de nivel denso y degradación energética.
[2] Entiéndase como las virtudes y los doce rayos manifestados de la naturaleza humana, así como las claris de las que el hombre tiene acceso y conocimiento.
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