Amigos míos, el hombre sobre la Tierra ha llegado a ser muy corto de miras para apreciar la creación. No comprende el verdadero significado de la vida sencilla y hermosa que le rodea. No aprecia su generación y regeneración. Comprende que la misma atmósfera que respira se recicla por el reino vegetal, que la regenera para sostener al ser humano y a todos los seres y criaturas, y sin embargo, para la vasta mayoría de los habitantes de este planeta, tal hecho parece ser un ejercicio de tecnología antes que de teología.
No existe un reconocimiento del plan del Ser para mantener a Sus hijos, para proporcionarles cada deseo y un estado de perfección. El hombre sobre la Tierra ha perdido la concienciación que le corresponde por derecho. ¿Y por qué la ha perdido, amigos míos? La ha perdido porque ha centrado su atención en los artefactos e instrumentos de su propia invención. Ha llegado a hipnotizarse con sus propios juguetes y sus ideas. No es más que un niño en su mente.
Todo esto podría remediarse muy fácilmente, y el hombre podría volver una vez más a apreciar la realidad, en lugar de apreciar la ilusión creada por su mente.
Amigos míos, todo lo que se necesita es que de manera individual haga suya esa apreciación de la realidad mediante el proceso de la meditación, puesto que ese proceso detiene su mente consciente activa, que está constantemente a la búsqueda de estímulos dentro de la ilusión desarrollada durante tantos siglos sobre el planeta Tierra y así, muy rápidamente, puede volver a apreciar la realidad del funcionamiento de la verdadera creación.
Esto, amigos míos, es a lo que debe volver el hombre sobre la Tierra si ha de conocer la realidad: este simple pensamiento de amor absoluto, un pensamiento de total unidad con todos sus hermanos, con independencia de cómo se expresen o quiénes sean, pues ese es el pensamiento original de vuestro Ser.
Mediante la meditación, es posible reducir totalmente la ilusión que experimentáis ahora y que crea la separación —una separación ilusoria—a lo que verdaderamente es: una completa ilusión. Os hemos hablado constantemente de la meditación. Os hemos hablado muchas veces acerca de la realidad, del amor y la comprensión, y sin embargo, parecéis incapaces de superar la ilusión. La razón para la ilusión, amigos míos, la ha generado el hombre sobre la Tierra.
La ha generado de su deseo. Esta ilusión es útil. Es muy útil para aquellos que desean evolucionar a un ritmo acelerado por la experiencia y el uso que hacen de ella mientras la viven. Muchos de los que estamos circundando actualmente vuestro planeta quisiéramos tener la oportunidad que tenéis vosotros, la oportunidad de estar en la ilusión y, así, a través de la comprensión, aprovechar su potencial. Es una forma de adquirir progreso espiritual que han buscado muchos de nuestros hermanos.
No puedo hacer suficiente hincapié en la necesidad de llegar a ser capaz de comprender la naturaleza del potencial de vuestra ilusión y así, mediante el autoanálisis y la meditación, reaccionar a ello de forma que exprese el pensamiento que nos ha generado: el pensamiento de nuestro Ser. Esto es lo que hizo el maestro al que conocéis como Jesús. Este hombre reconoció su posición. Reconoció la ilusión.
Comprendió la razón para el potencial de la ilusión, y su reacción a esos potenciales y actividades dentro de la ilusión fue una reacción que expresaba el pensamiento del Ser, un pensamiento de amor. Mantened siempre en primer lugar en vuestra mente que lo que experimentáis es una ilusión, que os rodea con el fin de enseñaros. Solo puede enseñaros si sois conscientes de sus enseñanzas.
Se dice que «el Señor procede de forma misteriosa para llevar a cabo sus maravillas».
Esta forma puede parecer misteriosa; sin embargo, es el camino del desarrollo espiritual. Muchas almas experimentan la ilusión en la que os encontráis; sin embargo, pocas la utilizan para el crecimiento. No lo hacen más que a nivel subliminal, porque no reconocen, mediante su búsqueda, la posibilidad de aprovecharla para ello.
Cuando una persona reconoce la posibilidad de utilizar la ilusión en la que se encuentra en vuestro mundo físico para progresar en su crecimiento espiritual, es necesario que dé el siguiente paso y haga uso de ese conocimiento para expresar, con independencia de sus potencialidades, el amor y la comprensión de su Ser.
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