En ciclos ha transitado la vida, durante miles de millones de años, y trae consigo etapas que aunque repetitivas suelen sorprendernos con la más bella y armoniosa variedad de manifestaciones. Es claro que somos parte indivisible de la vida en un basto universo, como un mar de energía, una gota o una partícula navegamos con libertad los senderos de la materia.
Hemos enfocado esta existencia a la búsqueda de trascender a niveles más elevados de consciencia, dispuestos con nuestra constancia y voluntad, compartiendo el armonioso proceso del autoconocimiento. Permitiéndonos recordar que somos hermanos, que juntos integramos unidades de pequeña, mediana e inmensa magnitud, entrelazados por un sello inconfundible “el ser común”.
Somos sanadores, sembradores y servidores de luz, sin importar cuando o donde, somos y estamos reunidos en la fuerza radiante e ilimitada por esta razón y en consonancia con las festividades que la humanidad hoy celebra, queremos unirnos a través de este mensaje, y que con sus letras buscamos emanar el más sincero agradecimiento y amor proyectado a todo su ser, hoy es un momento para renacer, para encaminar nuevas empresas y proyectos.
Sintonizamos nuestra energía con el deseo de aportar en las proyecciones que tenemos individual y colectivamente, que los elementales nos permitan fluir de manera armoniosa en el oleaje de la vida y que trasmuten aquello aspectos que sin intención o con ella han buscado distorsionar nuestro equilibrio, mientras comprendamos la proyectada experiencia que nos permiten adquirir.
Recordemos también el valor que tienen nuestras palabras, somos mensajeros de luz, con una voz que emana de la verdad interior, y por tanto, es nuestro ser quien habla a través de ella. Perfeccionemos nuestros mensaje con la más sincera voluntad e inocencia, pues la humanidad misma ha creado las condiciones para que el amor luminoso fluya en todas las partes del mundo.
Finalmente, admiremos con amor y entusiasmo la vocación de los seres vivos con los que cohabitamos la madre tierra, para generar las condiciones necesarias que mantienen el modelo de consumo al que les hemos sometido. Agradecemos a las plantas, animales, ríos y valles; que impregnados con esa misma gota de luz y de energía, siguen conscientes del rol que cumplen pacientemente sobre la madre tierra.
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